
Despierta, espabila, imbécil
jamás estuviste hecho para esta vida que te rodea,
jamás nadie creyó en ti porque ni tú lo hiciste en ti mismo,
¿qué reclamas a una vida llena de falta de empatía?
Despierta de una vez, bobo
Te has entregado a este mundo terrenal que te desconoce,
que pasa de ti, por ratos maravillosos que hayas dado a otros,
por esos tiempos invertidos en conocer a esos tus ídolos
a los que un día irrumpiste en sus vidas dotándolos de sueños,
trabajados hasta la extenuidad, invirtiendo tus tiempos
tus horas, tu corazón, tus ilusiones y las de todos ellos,
sin pedir nada a cambio, tan solo porque ahí te sentías feliz,
sin pedir nada a cambio, sin ser mediático, sin ser importante.
Despierta, imbécil
Quizás tu anonimato te hizo llegar donde has llegado en esto,
quizás tu manera de actuar te ha hecho ser tan especial a ellos
que hasta te abrieron las puertas de sus vidas, de sus corazones,
que hasta te dejaron romperles en dos con tus indagaciones.
Despierta inútil
Piensa que les distes un viaje importante en todas sus vidas,
que quizás hiciste algo nuevo para el mundo donde ellos viven,
que diste un giro a sus vidas, agobiadas por encontrar una vida,
despierta, inútil. Deja de llorar, pues son lágrimas inválidas.
Sí, has intentado evocar tu recuerdo buscando un contacto mayor,
incluso hasta tú has fallado alguna de esas veces en tu intentos.
No te sientas defraudado por la soledad ante el reclamo pedido
pues ya sabes que vivimos en un mundo falto total de empatía
donde quizás seas el tonto que durante días has sido parte de ellos.
No te sientas mal por sentirte fracasado pues quizás no sea eso
sino el ritmo de vida estresado que cada uno sufre en su interior.
Y si me dejas, yo que soy tu alma, tu corazón, déjame que te aconseje
pues no lo haces mal, sigue así, sigue haciendo “volarles” sus recuerdos
pues llegará el momento que alguien te diga: “tío, eres la puta hostia”
y sigue sin pedir nada a cambio, pues es donde mejor te mueves.
¿Qué? ¿Que quieres llorar?
Pues mucho has tardado. El mundo es ingrato, al igual que tú lo habrás sido en algún momento para otros. ¿Quién dijo que la vida fuera fácil?
Pero espabila, tonto. Descansa y vuelve a arrancar.
Lo has hecho miles de veces y lo sabes hacer.
Pero regresa, pues hay lágrimas de baúles que necesitan de tu fuerza para recuperar pasados e historias de esos que no tienen tiempo a recordar lo ya hecho, lo ya construido. Porque sabes que el estrés nos mata, nos fulmina y nos automatiza.
No grites tu soledad, no reclames un café. Y te darás cuenta que llegarán millones de ellos cuando menos te lo esperes. Por mucho que quieras reclamar ese cariño que tú sientes por ellos.
Y respecto a tus proyectos, eres fuertes. Ha hecho muchas de las tuyas. Has creado desde cero. Algunos dicen que has salvado hasta vidas con tus locuras. Pues adelante.
Da rienda suelta a eso que te sujeta porque a buen seguro saldrá bien y por el camino alguien te dirá: Javi, ¿dónde empujo?
Te lo digo yo que soy tu corazón.